En el mundo están pasando muchas cosas,
guerras, armas químicas, política , robos y mil cosas más , sin embargo sé que
entre esas miles de cosas malas hay también algunas que aun teniendo un origen
ilícito están generando una discusión bastante interesante. Tal es el caso de
la marihuana, en varios países no solo están despenalizando su uso, también
están legalizando y controlando su distribución además claro, del consumo.
Desde mi perspectiva es un avance
cualitativo en la guerra contra el trafico ilegal, ¿la razón? hay varias, sin
embargo solo voy a tocar un par de puntos, el primero es que en el submundo del
narcotráfico esa es una droga de inicio y el secretismo, impulsado a su vez por
la rebeldía juvenil, hace que los incautos busquen otras emociones más fuertes,
que de paso son las que dan millones a los traficantes, la yerba es muy barata
y según he oído no deja gran ganancia, al contrario de la cocaína y otras
"drogas duras" que sí generan millones en dinero igualmente duro así
como muertos, violencia y plomo junto con una carga económica para el Estado.
Venezuela es vista como una tierra de
gente despreocupada y hasta con cierta tendencia al descaro Muy al contrario de
lo que se vende desde los tabloides y páginas de Internet, mi país está lleno
de tabúes y temores, tanto así que creo que es el único país de latinoamérica
donde la discusión sobre legalización no está en ninguna agenda ni
gubernamental ni opositora, nadie destapa el tema (imagino) por considerarlo
políticamente incorrecto, cuando lo único políticamente incorrecto es no tocar
el tema.
El narcoestado es una realidad, quien haga
una somera investigación en Google verá que hay cuando menos seis altos mandos
militares buscados por la DEA e Interpol, lo que indica que es solo la punta de
un iceberg de proporciones dantescas, es más , desde las cárceles se maneja el
crimen y eso es no solo aceptado por el Estado, también al parecer es
apadrinado por ese mismo Estado que debería penar situaciones de ese modo.
Desde mi blog
(http://opinionesdesdeestaesquinadeltercermun.blogspot.com ) he realizado
algunos planteamientos al respecto, como para que en un futuro nadie diga que
no se dijo. Imagino que el mundo debería ser más civilizado. Imagínense
queridos lectores de El Este que todo lo que produzca el tráfico legal sea
supervisado por el Estado, que genere impuestos y a su vez estos sean re
invertidos en salud y educación. Creo que al final ,sin ese velo de secretismo
,el abuso quedará en desuso tal y como sucede con el alcohol, de paso generaría
suficientes ingresos como para establecer clínicas de desintoxicación para usuarios
de drogas duras , tanto o mejores que las privadas, esas mismas donde los de
clase baja y pobre no tenemos acceso pues no los cubre ningún seguro. Si a eso
le sumamos el gentío que sacamos de las calles y los jóvenes que les quitamos a
los narcotraficantes que los engatusan como iniciadores, creo que esa decisión
de legalizar es una excelente opción para mejorar las cosas y lograr una merma
considerable en el flagelo del hampa que en todo el continente es un factor
común. Eso sin contar los beneficios que avalan ciertos estudios a la gente que
consume ese producto.
En Venezuela son miles los usuarios,
muchos profesionales que se fuman un porro el domingo en la tarde para bajar el
estrés de la semana, señoras de la tercera edad que hacen lo mismo pero de paso
evitan el uso de químicos adictivos, de esos que recetan los médicos y se
compran en cualquier farmacia, cientos de alcohólicos rehabilitados que
prefieren un porro en las noches y así evitan no solo la resaca si no caer en
el vicio de nuevo pues el alcoholismo es una enfermedad tan grave como la
adicción a otras drogas duras pero tiene el agravante que es legal y por tanto
una presencia ineludible en el mundo.
En fin existe toda una legión de gente de
bien que puertas adentro consume el cannabis sativa, no son criminales, son
ciudadanos responsables que pagan impuestos, crían familias, tienen empleos y
son personas valiosas para su país, esa misma gente que está esperando algún
avance en las políticas gubernamentales, que dicho sea de paso no tiene ningún
programa serio de rehabilitación para los jóvenes, es más, ni siquiera las
escuelas tienen personal adecuado para atacar el problema de las adicciones que
existen en las aulas del país.
Las universidades mucho menos, al Estado
al parecer no le interesa otra cosa que hacer desfalcos groseros de todo el
erario nacional, nadie levanta la voz por pena seguramente, además claro, el
miedo, pues si los criminales manejan la justicia, los justos siempre seremos
criminales. En muchos países de Latinoamérica ya es una realidad en marcha hacia el
progreso pues los temas tabúes, esos que minan la suerte de una nación han de
ser investigados, discutidos, ventilados, regulados y al final son las mismas
naciones quienes deben decidir loque mejor les funcione.
Es común escuchar que en Venezuela no hay
ninguna posibilidad, las excusas son miles pero tengo la impresión que bajo
toda esa capa de argumentos lo que hay es un profundo temor a dejar la zona de
confort, imagino que piensan que si no se nombra no existe y que es mejor
correr la arruga hasta que alguien con mas valor por fin ponga el dedo en la
llaga, además estamos claros que tener miedo es algo normal, sin embargo lo que
no consideramos normal desde el seno de nuestro movimiento es que sigamos de
espaldas al mundo, que no reconozcamos a nuestro país como lo suficientemente adulto
como para asumir el reto de estar en la ruta del primer mundo, aunque parezca ilógico
a los naturales detractores de la idea, superar los tabúes es la primera escala
para salir del atraso en que vivimos cuan cavernícolas del siglo XXI mientras
el resto del mundo se moderniza, en Venezuela vamos para atrás en todo.
Cómo me gustaría que mi nación se
contagiase de esa fiebre de modernidad que tanta falta nos hace, que expulsemos
la corrupción y terminemos con una epidemia de futuro, no esta peste de
retroceso que hoy día vivimos por culpa de unos imbéciles ciegos que no miran
más allá de su cuenta bancaria.
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